Saltar la navegación

Viviendo la revolución

Nos preguntamos...

Después de unos intensos días de trabajo para crear el canal de radio, vuestro profesor de Historia comunica en clase que se está acercando el final de este bloque de contenidos. Un compañero, pregunta en voz alta algo que, de vez en cuando, has escuchado en clase de Ciencias Sociales.

-Todo lo que hemos estudiado está muy bien, pero... ¿de qué me sirve a mí ahora? ¿Para qué necesito saber qué hicieron hace más de doscientos años unos señores que llevaban peluca blanca o que trabajaban en fábricas que ni siquiera hoy existen?

El profesor encaja la pregunta y medita durante unos breves instantes su respuesta.

- En buena parte llevas razón. ¿Sirve de algo la Historia si a través de su estudio no somos capaces de construir un mundo mejor? Se me ocurre una tarea para que, dentro de un par de semanas, tú mismo puedas contestar a esa pregunta. Pero antes de eso, creo que debemos pararnos a pensar en cómo es el mundo en el que vivimos.

 

¿Cuál es la finalidad del conocimiento histórico?

  • ¿Debe este conocimiento limitarse a describir y explicar el pasado o tiene algún tipo de responsabilidad en la vida del presente?
  • ¿Cuáles son los problemas más importantes de la sociedad actual?
  • ¿Puedo hacer algo por mejorar el mundo en el que vivo?
  • ¿Cómo sería una revolución en pleno siglo XXI? ¿Cuáles serían sus objetivos? ¿Tendría sentido que se produjese hoy?

Tarea

Redactar un manifiesto, como los de las revoluciones del siglo XIX, puede ayudarnos a comprender mejor algunos de los problemas del mundo actual. Al mismo tiempo nos obligará a adoptar una posición, a implicarnos de alguna manera.

Por tanto, en esta tarea, nuestro objetivo será redactar un manifiesto para una revolución que nos gustaría que comenzase hoy en día. Vuestro manifiesto abordará alguno o varios problemas que están presentes en el mundo actual y las exigencias de cambio que esos problemas plantean. Por último, incluirá diez propuestas concretas para cambiar o mejorar esa situación.

No es imprescindible que pensemos en un manifiesto para cambiar el mundo en general, sino que podemos elegir la escala que más nos interese.

Es decir, podemos optar por crear un manifiesto para transformar nuestra localidad, región o país, o centrarnos en un tema concreto (los inmigrantes, las relaciones familiares...) o en alguna institución a la a que pertenezcamos. Muchas veces, los cambios más importantes en la Historia han nacido como consecuencia de muchos cambios pequeños, modestos, imperceptibles a los ojos de los historiadores.

Una vez finalizados los manifiestos, se dedicará una sesión en clase a presentarlos a los compañeros.